miércoles, 1 de febrero de 2012

Cuando crees haber encontrado el amor

Hay muchas personas que prefieren no enamorarse, otras que viven para ello y algunas simplemente se dejan llevar por el momento y el tiempo; pero que pasa cuando realmente crees haber encontrado esa persona ideal que te hace suspirar y que no dejes de pensar en el o ella en todo el día, luego descubres que ambos sienten lo mismo y empiezan una relación, en la cual rezas por que sea la definitiva que llene ese vacío que antes habías sentido.
Pasa el tiempo y sientes que amas a esa persona cada vez mas y sientes esa necesidad de estar a su lado por siempre, saber lo que hace o tratar de hacerlo juntos, viajes, tareas, hobbys, etc. Imaginas un mundo utópico en tu mente, donde solo esa persona y tu están, que esa relación perdurara de por vida y que nada, ni nadie los podrá separar.
Con el transcurrir de los momentos que cada vez mas pasan juntos, te das con la sorpresa de que esa persona ya no es como antes, es mas frió o ha cambiado a como era antes de que empezaran la relación. 
Este tipo de actitud te confunde y te hace pensar que esa persona ya se esta aburriendo de ti; sigue pasando el tiempo y te dice que quiere mas espacio que ya no quiere pasar todo el dia a tu lado, o te pone trabas para que pasen el día juntos; como no quieres pelear o crear conflicto lo entiendes y lo aceptas; ahora viene lo difícil, esas agónicos primeros días en los cuales te la pasas pensando que numero de veces lo debes de llamar al día, cuantos mensajes enviarle y si estaría bien decirle para salir, cada minuto y hora son agónicos, ya que pareciera que esperas una llamada que nunca llegara, hasta que ya no te aguantas mas y le llamas.
Te responde como si ya supiera de tu llamada, como si nunca te hubiese necesitado, como si ya estuviese acostumbrado a esa actitud tuya, que terrible se siente uno, y lo peor es que decides no revelarle lo agonizante que ha sido el día, sin poder comunicarte con el o ella, por miedo a que piense que lo o la estas presionando. Y así transcurren tus días, esperando, agonizando por dentro, lleno de ansiedad por una llamada o mensajes que difícilmente llegan.
Pasa mas tiempo y te vas acostumbrando, hasta que llega ese precioso momento en el que ves que la otra persona esta sintiendo que te necesita, que te extraña, que quiere verte y obviamente tu muy feliz le abres tus brazos y lo consuelas con tu presencia, olvidándote los días de desesperación que te hiso pasar en algún momento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario